viernes, 10 de abril de 2015

EL YOGA COMO TECNOLOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA VIDA


Cuando un nuevo alumno asiste por primera vez  a mis clases, suelo hacer que se presente al resto del grupo y que conteste a la pregunta: ¿por qué has decidido iniciarte en la práctica del yoga? O a esta otra, en el caso de que ya posean  experiencia previa en yoga:  ¿que esperas obtener de estas clases?  La mayoría de las respuestas son demasiado previsibles: "para ser más flexible" , "para mejorar mis problemas de espalda", "para mantenerme en forma", "para relajarme", "para combatir el estrés", "para tonificar mi cuerpo", "para calmar mi mente", "para mejorar mi salud" ....

Entonces yo les digo que eso esta bien, pero que pueden más ambiciosos y marcarse bastantes más objetivos, pues el yoga es una tecnología para la transformación de la vida. 

Si tenemos en cuenta que, aunque el conocimiento médico avanza constantemente, las bases de lo que nos hacen saber para mantener la salud no han cambiado en los últimos años, son muy predecibles las respuestas de estos alumnos principiantes. Casi todo el mundo sabe que no hay que fumar y que hay que comer muchas frutas, verduras y cereales. Hacer ejercicio con regularidad y no dejar que el estrés nos afecte demasiado. La parte difícil no es saber lo que hay que hacer, si no hacerlo. Cuanto mas practico y estudio el yoga más  convencida estoy de que ofrece a la humanidad algo realmente maravilloso. He conocido a muchas personas queriendo hacer valientes esfuerzos para conseguir cambios en sus vidas y mejorar su estado de salud y bienestar,  pero no han tenido fuerzas para seguir con el programa establecido. Los médicos y el sistema sanitario en general se están perdiendo algo, un modo de implementar los cambios que la gente quiere conseguir.

Hace miles de años, los yoguis se dieron cuenta- y los científicos lo han hecho recientemente- de que cambiar los ámbitos disfuncionales es en gran parte una función de la mente. La mente es un tema que los yoguis han estudiado sistemáticamente y que hasta hace poco ignoraban los investigadores médicos. El yoga puede afectar enormemente a la salud y el bienestar aportando un mayor control de la mente, así como un mayor entendimiento de las malas pasadas que nos puede jugar. Seguramente sea eso, más que otra cosa, lo que nos conduce a la transformación de la vida.

Los fundamentos para entender la forma en que la mente contribuye a perpetuar los malos hábitos es lo que los antiguos yoguis llamaron samskaras. Los samskaras son hábitos de acción y pensamiento que con el tiempo son más  profundos, como las ondas de una carretera embarrada. Desde la perspectiva de un yogui, cada vez que se hace o se piensa algo, aumentan las posibilidades de que se haga o se piense otra vez. Esto también ocurre con los pensamientos y las acciones deseables y no deseables.

En los años ochenta se creía que el cerebro no podría cambiar mucho al llegar a la edad adulta. La creencia era que el número de neuronas se fijaba pronto en la juventud y luego comenzaba a bajar. En las facultades de medicina se enseñaba que las conexiones entre las diferentes zonas del cerebro se forjaban durante ciertos periodos críticos de la juventud sin que más  tarde pudieran modificarse.

Posteriormente, con los avances en el entendimiento y la tecnología, se comenzó a hablar de la neuroplasticidad. Los científicos se dieron cuenta de que el cerebro es plástico, es decir, que puede cambiar. Cuando se realiza una nueva acción, las células cerebrales llamadas neuronas forman nuevas conexiones, y cuanto más frecuentes sean, mas fuertes serán estos vínculos neuronales. Esto, en esencia, es la explicación neurobiologica de los samskaras. Cuando yo estudiaba en la facultad de psicologia en los primeros años del siglo XXI, me fascinó  esta teoría. Me habían educado con la creencia de que cada uno es como es y que eso no se podía  cambiar, cuando por ejemplo reprochaba a mis padres a cerca de alguno de sus indeseables hábitos, como el hablar demasiado alto o la fácil perdida de los nervios ante cualquier situación estresante. 

En los yoga Sutras, Patanjali ofrece una fórmula para el éxito en el yoga: practicar regularmente sin interrupción durante un largo periodo de tiempo. Me parece la formula perfecta para crear el nuevo comportamiento que requiere la neuroplasticidad. El modelo del yoga sugiere que al crearse nuevos samskaras y fortalecerlos sistemáticamente con la repetición, se crean hábitos tan fuertes que pueden competir con los antiguos hábitos disfuncionales y reemplazarlos. Como dijo el swami Vivekananda "el único remedio para los malos hábitos son los contrahabitos".

Patanjali perfiló un sistema de transformación de uno mismo al que llamó  Kriya yoga, el yoga de la acción. El kriya yoga consta de tres elementos: tapas, svadhyaya Ishvara pranidhana. Estos son también los últimos niyamas (cumplimientos espirituales del yogui).

Tapas es la palabra sánscrita para calor y comparte raíz con la palabra inglesa taper, que significa cirio.  Para los antiguos yoguis, el cuerpo humano sin el yoga es como una olla de barro sin cocer, y la práctica del yoga es un horno que ofrece al cuerpo la fuerza y la resistencia para soportar el desgaste y los daños que pueda sufrir. La clave, según Patanjali es la práctica regular. El tapas, el fuego o la dedicación que da energía a la práctica es lo que nos hace seguir incluso cuando no tenemos ganas.
Si te cuesta mucho reunir fuerzas para practicar de forma regular, no desesperes. Uno de los aspectos más sorprendentes del yoga es que es a la vez una disciplina y una herramienta para promover la disciplina. Hay algo en el yoga que , si se práctica todos los días, nos hace querer hacerlo todos los días, y este tapas que tiende a crecer con el tiempo puede extenderse a otros aspectos de la vida.
Ciertas asanas del yoga sirven para crear el tapas. Una de las posturas más conocidas en el hatha yoga, el perro boca abajo, y también conocida en Kundalini yoga como postura del triángulo, es una buena practica para crear tapas. Si tu entusiasmo flaquea, a veces tan solo uno o dos minutos en esta asana puede darte tapas para querer continuar con la práctica.

Los antiguos yoguis se dieron cuenta de que aunque el tapas es un fenómeno del cuerpo , también tiene que ver con la mente. Imagina que ya estas en la postura del triángulo todo el tiempo que crees que puedes y quieres bajar ya. ¿Qué pasaría si alguien te dijera que te paga un millón de euros  por mantener la postura durante treinta segundos mas? Es sorprendente la fuerza que se puede sacar cuando la mente quiere algo. Cuando descubres que tienes la capacidad de redirigir la mente, te das cuenta de que aunque la mente puede inventar todo tipo de excusas para o hacer algo, tu puedes controlar esas objeciones y decidir hacerlo de todos modos. Eso es el tapas.

El svadhyaya , o el estudio de uno mismo, el segundo elemento del kriya yoga, es la capacidad creciente de sentir lo que pasa en el cuerpo y la mente cuando se práctica yoga de forma regular, esto puede extenderse también más allá dela esterilla. Se comienza siendo capaz de sentir como se estiran los músculos esquíotibiales ( de la parte posterior de los muslos) de una flexión o si cuesta un poco mas respirar en una postura. Al continuar con la práctica, tu capacidad de controlar el estado de tu cuerpo, la respiración y las emociones, es cada vez mayor. Pasado un tiempo descubrirás que siempre te has sentido aturdido o lleno después de comer ciertos alimentos, aunque te guste su sabor, o que ciertos programas de televisión te dejan cierta sensación de infelicidad o inquietud. Cuando realmente sientas los efectos de las decisiones que tomas en tu vida, puede que quieras elegir cosas diferentes.

El Ishvara pranidhana es el tercer elemento del kriya yoga. Su significado literal es "devoción a Dios", lo cual puede interpretarse como "fe en un poder mayor". A mi me gusta pensar en ello como "abandonar la ilusión de tener el control de lo que me ocurre". El yoga dice que hemos de esforzarnos al máximo, practicar la excelencia, pero sabiendo que no podemos controlar el resultado. Eso esta en las manos de Dios, según enseña el Bhagavad grita.

Por ello,un enfoque del yoga encuanto a la pérdida de peso no seria " voy a perder 20 quilos en los próximos dos meses", sino algo como " intentaré  caminar cada día media hora y comer un poco menos, sobre todo en la cena". El primer enfoque se centra en el objetivo, se reduce a un fin en el que podemos influir, pero no podemos controlar, y por lo tanto se convierte en una fórmula para la frustración y hasta la desesperación. El segundo enfoque es la herramienta del yoga de la intención, el svadhyaya . Fijar una intención es formular un plan de acción. Es lo que te dices a ti mismo que vas a hacer.  El maestro Ramana Maharishi dijo "ocúpate del presente, ya se ocupará el futuro de si mismo".


LLÉVATELO A CASA

Para profundizar en los samskaras, la clave es la repetición. En el caso del yoga, esto significa práctica  y fortalecimiento de los surcos que se han comenzado a cavar. Para los yoguis, fijarse la intención de practicar a diario durante un periodo de tiempo puede ayudar. Sin embargo, hay que ser realistas y establecer un tiempo que se pueda cumplir. Las clases de yoga pueden ser muy útiles, pero no todo el mundo está preparado para seguir el ritmo de una clase normal de yoga en grupo cuando se inicia en la práctica o  si tiene alguna limitación o problema de salud específico. 

Si bien el yoga puede ser practicado por todo el mundo, no todos pueden hacerlo de la misma manera. Un buen instructor de yoga dará indicaciones específicas para aquellos alumnos con dificultades, pero muchas veces no podrá prestar la suficiente atención a todas las necesidades específicas de cada uno. En estos casos, yo abogo por la práctica personal, normalmente en casa, como el mejor modo de profundizar en esos surcos, sobre todo porque mucha gente solo puede dedicarle al yoga unas pocas horas a la semana. Si tardas media hora para ir a clase, media para volver, unos minutos para cambiarte de ropa, preparar la esterilla y cualquier otra cosa que necesites, una simple clase de 90 minutos podría consumirte tres horas. En esa misma cantidad de tiempo, podrías dedicarle 20 minutos seis días a la semana. Sin duda, lo mejor seria una o dos clases semanales a la semana combinadas con unos minutos de práctica en casa. 

Si por falta de tiempo no puedes asistir a clase, te llevo el yoga a casa como profesora personal. Una o dos clases semanales de 90 minutos, según tus posibilidades. Además de la comodidad, las clases a domicilio son totalmente personalizadas y adaptadas a las necesidades específicas de cada alumno, por lo que los resultados son más rápidos y seguros. Mi experiencia como profesora me ha demostrado que hay un gran interés e inquietud por experimentar los beneficios de la práctica del yoga, pero muchos no lo consiguen en una clase normal. Hoy día se dan clases de yoga en casi todos los gimnasios, centros de terapias naturales, centros cívicos, etc. Muchas veces estas clases están masificadas y el instructor no puede observar con detenimiento a todos los alumnos ni mucho menos atender todas sus necesidades. En centros o escuelas de yoga los grupos suelen ser más  reducidos, pero suele haber una dinámica de clase establecida, y aunque el profesor de indicaciones específicas a los alumnos con limitaciones, en el caso de problemas específicos de salud, como recuperación de una lesión, fibromialgia, fatiga crónica, enfermedades coronarias, cáncer, adicciones o problemas psicológicos, el alumno no se ve capaz de seguir el ritmo. En estos casos se hace evidente la necesidad de una práctica regular y una atención personalizada.

Los alumnos particulares están altamente motivados porque pronto observan los beneficios de la práctica. El ritmo de trabajo lo marca el propio alumno, yo diseño su programa según este va avanzando. Una parte importante del trabajo es lo que el alumno hace por si mismo cada día, una vez se le ha mostrado en la sesión guiada como debe hacer cada ejercicio. Lo importante es dar solo un  paso en la dirección del yoga. Al principio, una clase semanal y  tres minutos al día bastan para obtener un resultado. Te sentirás mucho mejor que si te dedicaras a buscar el tiempo que necesitas  para cumplir con lo que deseas. Ese es un signo seguro de que se están sucediendo algunas transformaciones. 

En algunos casos puede suceder que, a pesar de que te esfuerces al máximo, no seas capaz de cumplir con tus intenciones. El primer paso para transformar la vida consiste en ver como son las cosas, saber dónde  te encuentras en ese momento. Puede que no te sientas capaz de hacer cambios de forma inmediata, pero todos los cambios comienzan con su visión clara. Si tu primer intento no funciona, quizá debas replantearte tus intenciones o simplemente intentarlo de nuevo.

Si aún no estas seguro, lee estos testimonios de alumnos con necesidades específicas  a los que el yoga les era absolutamente desconocido cuando recibieron su primera clase: "deja a un lado la fe. Pruébalo. Quizá pienses que es un riesgo, pero se gana"... " el yoga sienta bien. El yoga hace que te sientas bien. Si pudiera decirle algo a alguien diría eso".

Como profesora e investigadora en el campo, añadiría que cuando se hace con conciencia y la instrucción adecuada, el yoga es extremadamente seguro. Es divertido, es sorprendentemente efectivo, y más   cuanto más se práctica. El yoga puede mejorar la vida de muchos modos, incluso de formas que ni te imaginas.

No tienes que creerme a mi. Pruébalo tu mismo y a ver lo qué piensas. Así es el yoga.


Harchanan Kaur.









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